LEORLAZ

Habitantes: 58  Altitud: 80 m. 
Hoy amanece en LEORLAZ a las 07:16 y anochece a las 20:53
Nº mensajes: 1 
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Situación:

Leorlatz es un barrio rural que se encuadra dentro de la localidad de Urdazubi que se halla a 1 km del barrio. Se sitúa en la zona más septentrional de Navarra muy próximo a Lapurdi, al mar Cantábrico y a Zugarramurdi, pueblo conocido por los akelarres que celebraban las brujas en sus cuevas.

El paisaje que rodea a Leorlatz es encantador para la vista y el espíritu: frescos y verdes prados, donde pacen mansamente numerosas ovejas y vacas y algún caballo, suaves lomas, y bosques frondosos y lozanos, sin duda una estampa de una hermosura incomparable que hará las delicias del visitante, que se rendirá a sus encantos, se enamorará de la zona y seguró que querrá regresar de nuevo.

Monumentos:

No tiene sentido ir a Leorlatz sin visitar las cuevas de Urdazubi que se encuentran en el mismo barrio,es delito y pecado perderse este tesoro y belleza natural formada por estalactitas y estalagmitas de las mas diversas y caprichosas formas,y por la cuál transcurre un río subtérraneo llamado Urtxume,cuyo suave rumor ahoga el silencio de la cueva...pero en fín no os cuento más,descubrirla vosotros mismos y lo entenderéis,una imagen vale más que mil palabras.Otras cuevas muy cercanas que también se pueden visitar son las de Zugarramurdi,menos espectaculares,pero con más historia,puesto que en ellas las brujas (y también algunos brujos)celebraban juntos sus akelarres o reuniones por la noche.Además de estas dos cuevas existen unas terceras en la localidad de Sara,en Lapurdi (País Vasco-"Francés")

Costumbres:

Hasta hace 400 años era costumbre en toda esta zona la celebración nocturna de akelarres brujeriles, en torno a una hoguera, dónde las brujas y brujos adoraban al macho cabrío y a Basajaun, el Señor de los Bosques. En estos akelarres que duraban hasta el amanecer, las brujas y brujos cantaban y danzaban junto a la hoguera y con el fin de comunicarse con los espíritus ingerían varios licores mezclados con ciertos hongos alucinógenos como la "Amanita muskaria" que hacían que entrasen en un estado de trance alucinógeno profundo en el cuál tenían visiones espirituales. También era muy común y frecuente que en los akelarres se llevasen a cabo numerosas y desenfrenadas orgías sexuales que duraban varias horas y tenían un significado ritual de culto a la fertilidad.

Debido a la ignorancia y a la intolerancia a estas brujas y brujos se les acusaba injustamente entre otras muchas calumnias de provocar granizadas y sequías que dañaban las cosechas, de originar tempestades en el mar para que se hundieran los barcos, de causar enfermedades incurables, infertilidad en las mujeres, muerte de los ganados y todo un sinfín de falsas y disparatadas acusaciones que provocaron que en el año 1610 fueran conducidos ante un tribunal de la Inquisición en Logroño que dictó la sentencia en la cuál se les condenaba a muerte. La mayor parte fueron quemados en la hoguera, aunque también hubo lapidaciones (muerte a pedradas) y las más diversas, inimaginables, horribles y espantosas torturas tales como la dicotomía en la cuál con un hacha cortaban en pedazos el cuerpo de la víctima, el trucidamiento en el cuál colocaban al reo atado de pies y manos entre dos tablas y lo aserraban vivo, el atenazamiento que consistía en arrancar las carnes del reo con tenazas ardiendo y verter luego en las heridas plomo fundido o azufre derretido, el terrible aplastacabezas un utensilio de hierro bajo el que se colocaba la cabeza, este aparato se hacía descender lentamente hacia la cabeza y cuándo entraba en contacto con ella presionaba de tal modo, y con tanta fuerza que el cráneo quedaba completamente aplastado y destrozado, el rostro se desfiguraba por completo y los ojos se salían de sus órbitas; también se aplicó la tortura del potro en la que sujetaban al condenado por piernas y brazos a cuatro caballos los cuáles tiraban después cada uno por su lado provocando un fuerte estiramiento del cuerpo de la víctima que hacía que sus huesos y articulaciones se dislocasen totalmente provocando una horrible agonía que se prolongaba durante varios días con dolores intensísimos y absolutamente insoportables, o también la tortura de los borceguíes que consistía en introducir los pies del condenado en una especie de borceguíes o botines de hierro y mediante la presión y la introducción de cuñas, triturarle los huesos.

Todas estas horribles sentencias del año 1610 provocaron que a partir de dicho año, todas las costumbres y ritos brujeriles fueran desapareciendo paulatinamente, aunque muchas supersticiones y creencias ancestrales siguieron perviviendo hasta bien entrado el siglo XX y en la actualidad subsisten en la memoria colectiva y en el subconsciente de las nobles gentes de esta noble tierra euskaldun.

Turismo:

MATXINGONEA ETXEA Plazas: 4-6/Idiomas: Euskara, castellano y francés/Tel: 948 559 240.

LEZEONDOA ETXEA Plazas: 6/Idiomas: Euskara, castellano y francés/Tel: 948 599 136 Móvil: 626 117 520.