Castillo de Javier (Navarra).
Situado en el extremo este de la comunidad foral de Navarra, no muy lejos del pueblo que lleva su nombre. Fue el lugar de nacimiento de san Francisco Javier (1506), patrono de Navarra. A finales del siglo XV el castillo era propiedad de Juan de Jasso-Atondo, presidente del consejo Real de Navarra, y de María de Azpilicueta; fruto de este matrimonio nació Francés de Jasso, conocido con el nombre de san Francisco Javier, uno de los siete fundadores de la Compañía de Jesús y uno de los misioneros más importantes de España.
La enemistad de la familia Jasso con Fernando el Católico, dado que querían la independencia de Navarra, provocó que el Cardenal Cisneros, ordenara en 1516 la demolición de su castillo. Pero solo se derribaron las murallas, se desmocharon los torreones y se cegaron los fosos. Durante mucho tiempo permaneció abandonada. En 1889 sus entonces propietarios, la duquesa de Villahermosa y el conde de Guaquim lo donaron a la Compañía de Jesús.
A lo largo del tiempo se han realizado diversas rehabilitaciones, en 1952 se devolvió al castillo su fisonomía original; la última restauración fue en el año 2006, coincidiendo con el 500º aniversario del nacimiento del santo. En el año 1994 fue declarado Bien de Interés Cultural.
La fortaleza se erige sobre roca viva y se accede a ella por medio de un puente levadizo. La parte más antigua es la torre del homenaje o torre de san Miguel, erigida entre los siglos X-XI, siendo una atalaya del reino navarro-aragonés para vigilar los ataques de Almanzor; ocupa el centro del conjunto. Alrededor de ella, en el siglo XIII, se fueron añadiendo edificios. En el siglo XV se construyó el Palacio Nuevo, que seguramente fue donde nació san Francisco Javier, así como la torre de Undués, situada en el lado oriental del castillo, orientada hacia la frontera con Aragón.
En donde se situaba el Palacio Nuevo se construyó en 1901 la actual basílica, proyecto del arquitecto Ángel Goicoechea, en un estilo ecléctico, en el que podemos ver influencia románica, gótica y bizantina.
En el mes de marzo, los dos primeros fines de semana, se realiza la Javierada, una romería hasta la iglesia del castillo para venerar a san Javier.
Es interesante el museo que se puede visitar. Está dividido en tres partes: en las que veremos la historia del castillo; la de San Francisco Javier y Navarra; y una pequeña pinacoteca.