Extenso territorio desde las
montañas de Codés hasta el
valle del Ebro,
camino de Santiago, fue la única población junto con
Bargota que no aceptó abandonarlo para fundar la ciudad de
Viana por el rey navarro Sancho VII "El Fuerte" en 1219, quien incentivó y congregó en ella a los vecinos de las aldeas circundantes: Longar, Tidón, Perezuelas,
Cuevas, Piedrahita, Soto, Cornava y Goraño. En su
escudo municipal figuran tres
parroquias, de ahí su nombre de Tres
Aras, presuntamente por haber existido tres
iglesias al mismo tiempo. Su territorio fue paulatinamente laminado por Viana y penalizado por mantenerse fiel a su libertad y defender su personalidad. Por ello, y pese a los privilegios y la fuerza institucional que ha gozado y goza la ciudad de Viana, Aras sigue haciendo frente a los numerosos conflictos de intereses que plantea Viana frente a Aras. ¿Por qué, si no, Viana tiene que pagar pastos y
aguas a Aras? ¿Por qué, si no, Viana tiene que pagar contribución catastral a Aras y viceversa? Y, hoy todavía, Viana abusa de su prepotencia (¡no sé con qué ayuda!) aprovechándose de los recurso naturales de Aras como por ejemplo los
molinos de viento.
Aras o Lugar de Tres Aras, (nunca estuvo unida a Viana luego (¡no sé por qué hay quien se empeña en festejar su "separación!) fue afectada por la industrialización de los años 1960 con la salida de casi la mitad de sus gentes a la ciudad. La sociedad rural desapareció, sólo quedaron unas pocas
familias trabajando las tierras suyas o en arriendo.
Leyendas. La memoria de los vecinos de Aras recuerda que la talla de
San Juan, perteneciente a los vecinos de Aras, pues el
convento estaba antes de la fundación de Viana y sigue estando en jurisdicción de Aras, desaparecía como por
arte de magia (!) y era encontrada posteriormente en la
Iglesia de Viana. Los vecinos de Aras la devolvían a su lugar natural, hasta que, no se sabe quién ni cómo, la talla apareció definitivamente encadenada en la Iglesia de Viana y nunca más volvió a Aras.