Lateral de la catedral, TUI

El fértil valle del Miño y sus magníficas condiciones naturales permitieron acoger en el territorio tudense asentamientos humanos desde los tiempos más remotos. Se conservan vestigios de época paleolítica (20.000 a. C.) en las terrazas fluviales de los ríos Miño y Louro, de época neolítica (5.000 a. C.) como el hacha de Carrasqueira (Páramos) o monumentos megalíticos (Anta – Areas).
(22 de Mayo de 2022)