Una escritura del
Monasterio de Lérez datada en 1141, da fe de la existencia de un lugar denominado Pontus Veteri, en alusión directa al viejo
puente romano, en desuso a causa de su
ruina. A causa del estado del puente romano que había dado nombre y origen a la ciudad se empezó a reemplazar este por uno
medieval (el que hoy podemos ver, con ciertas modificaciones) desapareciendo así el romano. En ese mismo año Fernando II otorga el fuero a los habitantes de la villa 1169. Desaparece así, todo rastro visible de la construcción
romana que había dado origen y nombre a la ciudad.