La ciudad está asentada a una altitud media de 20 metros sobre el nivel del
mar en una loma rocosa relativamente aplanada por la erosión que, aunque no es de mucha altura, ha obligado a que el
río Lérez la tenga que rodear por el norte antes de abrirse a la ría de
Pontevedra. Ello hace que las únicas
calles algo empinadas sean las que bajan a la zona de orillamar y del río. La ciudad se extiende al fondo de su ría ocupando los
valles de los
ríos Lérez y
Tomeza. El municipio pontevedrés se asienta en la llamada Depresión Meridiana, por la que transcurre el lecho del río Lérez.