En el contexto de un templo en el que la idea de lo funerario tiene una especial presencia ha de entenderse como, a la entrada del mismo, en el lado de la epístola, se representa, en una pintura mural, hacia 1500, la misa de
San Gregorio, a relacionar con la importancia que se le otorga a la Hora mortis. A San Gregorio se le reconoce como redentor de las almas condenadas y, también, personifica la idea de la eficacia de las misas a ofrecer como sufragio de los difuntos. Además, en su modo de ser representado este tema, enlaza con la presencia del Varón de Dolores y los instrumentos de la Pasión.