O CRIME DO RABIÑO
En la villa del Rabiño,
provincia de Cortejada,
habitaba un matremonio
modelo de fe cristiana.
El se llamaba Don Joaquín i
Su esposa Doña I-ana
y tenían los aforros
metidos en una i-arca.
A iso de la media noche
cuando el jallo no cantaba
llejaron los creminales
por la porta de la entrada.
Y al can que a la porta
y que la jardaba,
le pejaron un puntapé que
y le esmendrellaron las entrañas.
Y en el piso principale
la criada daba jritos
sin que nadie la acodiera
ni los mesmos angelitos.
La arrastaron por los pelos
roubándolle dos pesetas que tiña aforradas
chimpandola por la véntama
indo caer na estercada
y alí la probe entrejo
su alma a Díos entre malos fedores
Cogieron a D. Joaquin y su esposa Doña Iana
y le metíeron en la boca catro cobertores y una almohada,
y con una vasoira de mirto
le fretaron la espaldas.
Padres que tenéis hijos,
hijos que van a la escuela,
no olvideis que es necesario
tener en casa a la suejra
Porque aunque a veces os rife
o os peche en la artesa
jardará mellor la casa
que un buen perro de presa.
En la villa del Rabiño,
provincia de Cortejada,
habitaba un matremonio
modelo de fe cristiana.
El se llamaba Don Joaquín i
Su esposa Doña I-ana
y tenían los aforros
metidos en una i-arca.
A iso de la media noche
cuando el jallo no cantaba
llejaron los creminales
por la porta de la entrada.
Y al can que a la porta
y que la jardaba,
le pejaron un puntapé que
y le esmendrellaron las entrañas.
Y en el piso principale
la criada daba jritos
sin que nadie la acodiera
ni los mesmos angelitos.
La arrastaron por los pelos
roubándolle dos pesetas que tiña aforradas
chimpandola por la véntama
indo caer na estercada
y alí la probe entrejo
su alma a Díos entre malos fedores
Cogieron a D. Joaquin y su esposa Doña Iana
y le metíeron en la boca catro cobertores y una almohada,
y con una vasoira de mirto
le fretaron la espaldas.
Padres que tenéis hijos,
hijos que van a la escuela,
no olvideis que es necesario
tener en casa a la suejra
Porque aunque a veces os rife
o os peche en la artesa
jardará mellor la casa
que un buen perro de presa.