Sin embargo, son las
casas marineras las que otorgan carácter diferencial al núcleo. La mayor parte son pequeñas viviendas adosadas y orientadas al
mar. Poseen una planta baja usada originalmente como almacén de aparejos de
pesca, útiles de
labranza y en ocasiones para albergar un pequeño lagar. Muchas de ellas cuentan además con un estrecho
soportal. La primera planta presenta un característico
balcón desde donde se domina visualmente el mar.