Está claro que las relaciones comerciales con el Mediterráneo fueron anteriores. De hecho, ya en el siglo IV a. C. pasaba por aquí la ruta del
comercio púnico que desde Gadir –
Cádiz– recorría el Atlántico en busca de pieles, estaño o esclavos. Unas de las piezas más importantes del
museo son las esvásticas celtas. Se encontraron unas cuarenta en el castro: es una de las colecciones más completas y variadas que existen.