ORENSE: Orense...

Orense
Catedral.
Sufrió numerosas transformaciones a lo largo de su construcción, a causa de la lentitud de los trabajos. Comenzada hacia el año 1160, fue parcialmente consagrada en 1188, y se trabajaba todavía en ella en la primera mitad del siglo XIII. (33)

La catedral orensana en su estado actual está convertida en un producto ecléctico, logrado a base de añadidos sucesivos que se llevaron a cabo durante los ochos siglos que tiene de existencia.
Con el autor de “La construcción de la catedral de Orense”, José Manual Pita Andrade, marcamos tres fases constructivas en la catedral, que en un proyecto original sería de planta basilical de tres naves coronadas por tres ábsides, y un crucero, en cada uno de cuyos lados se abriría una capilla absidal.
La primera fase, que corresponde al pontificado del obispo Don Pedro Seguín (1157-1169). Se halla hoy en día escasamente representada. En ella se habían construido el ábside central, y probablemente los dos laterales. Se puede apreciar el alero sostenido por arcos pequeños. La ornamentación que presentan dichos arcos sirve, dentro de su sencillez arcaizante, para diferencia bien esta fase de la segunda.
Por el interior el ábside central se compone de un tramo recto cubierto con bóveda de cañón, y de uno semicircular seccionado por columnas que, prolongadas en nervios, sirven de apoyo al cascarón.
La segunda fase es la correspondiente al obispo Don Alfonso I (1174-1213). En ella se construyen la parte que faltaba de los tres ábsides, el crucero con sus dos puertas de los extremos y dos secciones de la nave central. Una ornamentación rica, variada y de tipo naturalista sustituye a la predominantemente geométrica del período anterior.
El crucero es de una longitud considerable. Su construcción es normal. Cada brazo se divide en tres tramos desiguales, separados por columnas de donde parten los arcos fajones y los nervios que amparan las bóvedas. En cada brazo del transepto se abrió con toda probabilidad una pequeña capilla absidal, en los lugares en que ahora se hallan la capilla del Santo Cristo y la sacristía.
Bajo el alero de estos brazos se pueden apreciar también los pequeños arcos, que enlazan arquitectónicamente con los del tramo recto del ábside central.
En el encuentro del transepto con la nave mayor los restos de los nervios están apoyados en las cuatro pilastras.
De las dos puertas del transepto es la sur la mejor lograda. La puerta está encajada en un saliente central coronado por un quitalluvias de arcos decorados profusamente. El arco que se moldea bajo el quitalluvias, prolongándose en forma de baquetón, cobija el conjunto de la puerta abocinada por tres arquivoltas. La decoración exterior de éstas se hace con un baquetón anillado por arquitos; la del medio con hojas rizadas entre las que se intercalan personajes humanos. En el intradós del arco interior se sitúan las figuras de una escena de cetrería, tema éste sumamente original. También los capiteles y ábacos que coronan las columnas están ricamente decorados.
La puerta norte hubo de ser reformada, y actualmente presenta un conjunto muy heterogéneo, con mezcla de románico y gótico.
Lo último construido en esta fase son los dos primeros tramos de la nave y quizá la puerta colocada en el tramo tercero sur; a las pilastras de sección cuadrada se adosan las columnas, elevadas proporcionalmente según que hayan de sustentar los arcos apuntados de la nave central o dos de las laterales. Las bóvedas están sostenidas por nervios cuyo formato difiere del empleado en el crucero. Nótese la presencia curiosa de los capiteles libres, a modo de ménsulas, que recogen los nervios. En estos dos tramos, tanto la nave central como las laterales –más bajas, para dar lugar quizá a un paseo de ronda- tienen sus ventanas románicas de iluminación.
La tercera fase constructiva, bajo el obispo Don Lorenzo (1218-1248), sigue en el interior una línea semejante a la ya comenzada. Puede, sin embargo, observarse el cambio en la disposición de las ventanas de la nave central. Expresivo es también el modo como se soluciona ahora, usando de arcos similares a arbotantes, colocados sobre los muros, la cubierta de los laterales, donde se prescinde ya del paseo de ronda.

El Pórtico del Paraíso.
Su disposición es semejante al compostelano: dos gruesos pilares apoyan el arco central, reforzado en el punto medio por un parteluz; esos pilares sirven también de enlace a los dos arcos laterales. Esta es la base sobre la que se coloca una múltiple representación icnográfica.

Las portadas.
Portada septentrional: una gran arquivolta de cuatro roscas, sostenidas la menor por jambas molduradas y mochetas esculpidas y las restantes sobre columnas acodilladas, con fustes cilíndricos y decoración tosca las exteriores y estatuas columnas, de tamaño natural, las que flanquean la puerta.
Portada sur o meridional: la decoración de esta portada, de la cual solamente se conservan de la obra románica los capiteles y las roscas de la arquivolta, muestra la directa influencia del Maestro Mateo.
Portada principal u occidental: sumamente alterada por reformas llevadas a cabo en el siglo XVI. (45)

Cristo románico de la catedral de Orense.
Talla en madera policromada con emplastecido de yeso. Clavado en cruz con yemas en las aristas. Brazos horizontales y pies paralelos. Perizonium sostenido como en el de Vilanova das Infantas, pero descendiendo sus pliegues por el lado izquierdo hasta el tercio inferior de la pierna. La ligera inclinación de la cabeza, que hace corona de florones, y de la que caen dos mechones de pelos sobre el pecho, así como la flexión de las rodillas, denuncia un arte que ronda ya los últimos años del siglo XII. (45)

Museo Arqueológico.
Este Museo ocupa el lugar del antiguo Palacio episcopal; conserva restos románicos importantes. En primer lugar el zaguán de entrada, rectangular, en el que se abren tres puertas con arco de descarga, dintel y jambas, sin ornato alguno. Luego tenemos una sección del claustro; conserva una serie de columnas pareadas que sostienen los pequeños arcos que forman la arcada de comunicación del zaguán con el claustro. La ornamentación es vegetal y reducida. Ornato parecido ofrecen los ventanales, en forma de ajimez, que dan al claustro en dos de sus alas. El alero está sostenido por canecillos geométricos y lleva ornamentación de bolas. (45)

Relieves de San Juan de Camba y el de Amiadoso.
Actualmente en el Museo Arqueológico de Orense. Muestran una técnica conocedora ya del modelado y, por tanto, representativa de una más avanzada evolución estética. (45) web local (Círculo Románico)