Según me cuentan mis padres, en este horno, se hacía el pan de todo el pueblo, se cocía por turno, cuando se terminaba la hornada, había que calentar el horno para el siguiente y así sucesivamente, luego, toda la hornada de pan se ponía en un cajon de madera con patas (artesa) tapado con unos paños, y ahí se mantenía el pan durante 15 o 20 días, hasta que volviera tocar. Toda una labor comunitaria.