Contaba mi madre que su padre era un hombre muy meticuloso y ordenado en sus cosas pero, al parecer en toda regla hay exepcion y en una oportunidad en que las faenas del dia lo tenian agotado, ya de camino a casa, su cansancio era tal que no aguanto mas y se sento en uno de los troncos que habian a la orilla del camino; saco su bolsa de tabaco y con el libretillo en la mano procedio a armar un cigarrillo, estaba en ello cuando. le parecio sentir un movimiento en el tronco, penso... esta temblando y, ya con el cigarrillo en la boca y las dos piedra para sacar chispa y encenderlo; nuevamente sintio que el tronco parecia moverse, el abuelo se paro afirmandose en el Azadon y, con horror hecho a correr a mas no dar, al darse cuenta que se habia sentado sobre una culebra que dormia a orilla del camino, la cual al estar enrrollada, Él por su cansancio, habia confundido con el tronco de un arbol cortado. Decia mi madre que fue la unica vez que vio a su padre descompuesto y sin dominio sobre si mismo.
Se llamaba Santiago.
Un recuerdo para ti abuelo querido, fui tu Chiche hasta los 6 años.
Se llamaba Santiago.
Un recuerdo para ti abuelo querido, fui tu Chiche hasta los 6 años.
Blas, pero esto, ¿donde ha sido?. Yo de pequeña ya lo oí contar. Se lo oi a un pariente de mi abuelo que había estado por américa, no se exactamente donde. Lo cntaba igual que tu lo has contado.
¡Con el miedo que me dan a mi las serpientes!. Tambien me daban mucho miedo los lagartos. Una vez me mando mi padre a un colmenar que teníamos a ver si salia algún enjambre, era una zona muy soleada y estaba cercado por una pared, allí solian ponerse unos lagartos que a mi me parecian cocodrilos. Fuí hasta allí y me llevé conmigo a una de las primas más pequeñas. Cual sería nuestra sorpresa al ver encima de un tronco de arbol cuatro o cinco lagartos, empezamos a tirarle piedras a las cuales esquivaban y hacian cara. Uno de ellos corrio detras de mi unos metros. ¡El corazón se me salia!. ¡Yo no he visto ningún enjambre!. Aunque, según mi padre, alguien había visto más de uno, tenía unas cuarenta colmenas. Ahora los lagartos están en extinción. No ves ni uno.
¡Con el miedo que me dan a mi las serpientes!. Tambien me daban mucho miedo los lagartos. Una vez me mando mi padre a un colmenar que teníamos a ver si salia algún enjambre, era una zona muy soleada y estaba cercado por una pared, allí solian ponerse unos lagartos que a mi me parecian cocodrilos. Fuí hasta allí y me llevé conmigo a una de las primas más pequeñas. Cual sería nuestra sorpresa al ver encima de un tronco de arbol cuatro o cinco lagartos, empezamos a tirarle piedras a las cuales esquivaban y hacian cara. Uno de ellos corrio detras de mi unos metros. ¡El corazón se me salia!. ¡Yo no he visto ningún enjambre!. Aunque, según mi padre, alguien había visto más de uno, tenía unas cuarenta colmenas. Ahora los lagartos están en extinción. No ves ni uno.
Mensaje
Me gusta
No