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CERREDA SANTIAGO: Ya conozco, Antonio, aportado por mano fraterna y leído...

Ya conozco, Antonio, aportado por mano fraterna y leído en su día, ese artículo del que hablas y sus muy interesantes lucubraciones sobre lo que acaso pudiera ser el castillo de Litoria (¿non si?) y otras sugerencias dignas de ser soñadas... Y desenterradas, si los presupuestos -también los económicos- se emplearan en cosas de fundamento. En cuanto a las huellas, conocía de oídas la versión referida a Pedhome, donde aún dicen por el pueblo (Guillermo, sin ir más lejos) que sigue estando una de esas "covas de mouros" que tan bien describió Cunqueiro y en las que nuestros antepasados pusieron no sé si algo más que sus sueños anhelantes y la magnífica capacidad de imaginar que tienen los habitantes de tierras sinuosas. La roca erosionada que yo vi, siendo niño, y que mi abuelo Manuel me mostró un día bajo las señas jacobeas antes dichas, estaba no muy lejos de Xan de Vilar, en el leve descenso que va desde el camino real hasta los soutos de castaños fantasiosos entre los que, quién sabe, quizás algún día hasta puede que ambos corriéramos tras una pelota... Hace un par de veranos la estuve buscando entre la espesa vegetación, pero no hubo suerte. Y qué pena, me digo, que fose o galo negro o que dera en cantar... Habrá que seguir aguzando el oído. Es un placer saludarte.

Alfredo Ramos.