La imagen tiene sugerencias prehistóricas. No es dificil imaginar la cabeza de un animal que quedó petrificado mientra intentaba saciar su sed. Sorpresas, quizás, del inoportuno meteorito. Lo cierto es que estamos ante las montañas más antiguas de la península y, además de su impresionante belleza, hay algo en el paisaje que lo vuelve casi irreal. En el fondo, la serpiente de plata tiene poder hipnótico. Ofiusa nos mira.