Compramos energía a futuro

BARXA: Aprezada Y adorada Pita moñuda: Perdoa que nahún caera...

Apreciado y querido Zé: No le hagas mucho caso a mi marido. Cada día que pasa, tiene un humor más difícil de captar. ¿De dónde habrá sacado la historia ésa de los impertinentes y demás pertrechos?
Los impertinentes no son pendientes para las orejas, corazón. Los perendengues, contra lo que algunos piensan, sí son unos pendientes. Pero los impertinentes --que yo jamás he tenido ni usado-- son esos anteojos con manija que antiguamente usaban las damas en el teatro, o en la ópera, para acercar los actores a los palcos y gozar de sus gestos.
Un abrazo.

Aprezada Y adorada Pita moñuda: Perdoa que nahún caera na conta, pois eu os teatros y a la ópera nahún fui nunca, quizás por ista razahún descoñezo ise tinglado, agora béin como sempre fuste tahún guapa y tahún fermosa, nahún poso tolerare que conten as tuas intimidades, como recordarás aquiles pendientes que te regalei con tanto cariño y tanto amor, que por certo co femenina que tú eras, pra min nahún había muller como tú, sólo había que verte, con aquil corpiño de modelo, quéin nos dera de aquiles tempos, con tudos los respeitos hacia tu marido.

Ahora con relazahún o teu marido dices que no téin el humor que tenía, ahí te digo que lo leves da mellor maneira, pois eu tambéin me pasa algo parecido, creo que es culpa de la edad, claro eu teño motivos depois de marcharse a santa da miña compañeira nunca más fun el mesmo. Espero y desexo verte pronto pra darte un abrazo munto forte como tú mereces.

Un abrazo para tí Pitiña das miñas entrañas y unha aperta pro teu marido.