LA COZ DE UN CABALLO
Hace unos cuantos años participé en una marcha por el Camino Mozárabe de Santiago desde Lubián hasta La Gudiña. Lo hice en compañía de un grupo venido desde Orense en autobús, entre los que figuraban algunas personalidades de la política de derechas, como el propio alcalde de la ciudad, concejales, una periodista y muchos socios de una Asociación de Peregrinos con su junta directiva a la cabeza.
Inda Cho Sei nos acompañó hasta el alto de la portilla de La Canda, lugar donde su ayuntamiento nos obsequió con unas empanadas, escabeche y sangría, en aquel bien merecido descanso, antes de abandonar tierras castellanas.
Entre los caminantes había una joven amazona sobre un precioso caballo, quien actualmente es la esposa de un determinado presidente de una institución gallega.
Como la joven no había desmontado, Inda se le acercó para ofrecerle un bocado de aquel refrigerio; pero al estar entregándole el bocado, el caballo le soltó una buena coz en la pierna izquierda, a la altura de la rodilla. Menos mal que estaba apoyado sobre la otra pierna, y la dañada, flotando, se desplazó en el aire, al tiempo que el obsequioso Inda Cho Sei giraba sobre si mismo como una peonza.
Se hizo un silencio total ante tan inesperada coz, roto por la propia víctima con estas palabras:
--Pero quen carallo lle dixo ao cabalo que eu son socialista?!
Y todo remató por fortuna con una solemne y compartida carcajada.
Hace unos cuantos años participé en una marcha por el Camino Mozárabe de Santiago desde Lubián hasta La Gudiña. Lo hice en compañía de un grupo venido desde Orense en autobús, entre los que figuraban algunas personalidades de la política de derechas, como el propio alcalde de la ciudad, concejales, una periodista y muchos socios de una Asociación de Peregrinos con su junta directiva a la cabeza.
Inda Cho Sei nos acompañó hasta el alto de la portilla de La Canda, lugar donde su ayuntamiento nos obsequió con unas empanadas, escabeche y sangría, en aquel bien merecido descanso, antes de abandonar tierras castellanas.
Entre los caminantes había una joven amazona sobre un precioso caballo, quien actualmente es la esposa de un determinado presidente de una institución gallega.
Como la joven no había desmontado, Inda se le acercó para ofrecerle un bocado de aquel refrigerio; pero al estar entregándole el bocado, el caballo le soltó una buena coz en la pierna izquierda, a la altura de la rodilla. Menos mal que estaba apoyado sobre la otra pierna, y la dañada, flotando, se desplazó en el aire, al tiempo que el obsequioso Inda Cho Sei giraba sobre si mismo como una peonza.
Se hizo un silencio total ante tan inesperada coz, roto por la propia víctima con estas palabras:
--Pero quen carallo lle dixo ao cabalo que eu son socialista?!
Y todo remató por fortuna con una solemne y compartida carcajada.