Aunque para algunos, los camareros formen parte de una sub-especie que no merece ser saludada, hay que tener cuidado porque no hacerlo despierta en ellos una bronca asesina. Estamos hablando de un gremio especialmente sensible, que se siente muy dolido cuando se lo ignora. “Que los saludes y no te den bola es algo más habitual de lo que parece”. Dicho esto, también se da por hecho que llamar la atención del camarero con palabras como “oye”, “pss”, “ey” y otros sonidos onomatopéyicos es algo que los irrita sobremanera. Piensa que esos monigotes que traen y llevan nuestros platos también tienen sentimientos y merecen una pizca de nuestra deferencia y respeto. Haz feliz a un camarero: salúdalo..
Ser maleducado no tiene excusa.
Ser maleducado no tiene excusa.
