Una señora muy adinerada tenía un gallinero, y junto a las gallinas, un lorito. Un buen día, esta señora que tenía un hermoso collar de perlas cultivadas, va darle de comer a las gallinas, y ya dentro del gallinero, su collar se corta y sus perlas al suelo. Estas no duraron ni un minuto, ya que las gallinas, al confundirlas con granos de maíz, se las tragaron todas.
La señora llama al mayordomo y le dice:
Heriberto, mata todas las gallinas, y a ese loro, quiero recuperar mis perlas.
A lo que el loro asustado replica:
¡Un momento señora, a mí me sacan radiografía!
La señora llama al mayordomo y le dice:
Heriberto, mata todas las gallinas, y a ese loro, quiero recuperar mis perlas.
A lo que el loro asustado replica:
¡Un momento señora, a mí me sacan radiografía!
Munto bueno, claro o pobre do loro so vira como as galiñas as comeran, logo paga xusto por pecador, como en la mayoría de las veces en esta vida.
Quí, qui, quiquiriquí.
Quí, qui, quiquiriquí.