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A VILAVELLA: El día 5 de noviembre de hace muchos años, era feria...

El día 5 de noviembre de hace muchos años, era feria en Mezquita, mi padre estuvo allí y, como de costumbre, se interesó por los precios de las herramientas que, en un futuro, pudiera necesitar. A los dos ó tres días, queriendo mover una piedra utilizó una azada como palanca; al tirar con fuerza (y él tenía mucha) la rompió.
Ese mismo día por la tarde se dirge a casa del Sr. Antonio (Cacharreiro) a comprar otra, ya que es tiempo de"escaldeirar" y la necesita; yo le acompañé, como casi siempre. Al llegar se saludan, como amigos que son, y entablan una de sus frecuentes y largas conversaciones, yo, simplemente me limito a cumplir con el protocolo de rigor, doy las buenas tardes y me abstraigo de su conversación, entreteniéndome, metiendo la mano en el saco de las habas, apreciando su suavidad, después en el de los garbanzos, notando un brusco cambio de textura; también fijándome en gran número de mercancía que siempre tenía expuesta encima de mostrador. Hablaron largo y tendido, al fin y al cabo, ese día ya no se iría a trabajar, en esa época las tardes dan para poco. Después de un buen rato de hablar y también discutir el precio de la azada, le oigo decir a mi padre:
-Joder Antonio, ¡Y eso que somos amigos!- El Sr. Antonio, que, hablaba mientras colocaba mercancía en la estantería, se dio la vuelta, encaró a mi padre y dice:
-Alfredo, claro que somos amigos, pero a quien hay que joder es a los amigos, que los enemigos no vienen.-
Mi padre se le queda mirando fíjamente, se gira, me mira a mi, que estaba observando a ambos, le volvió amirar, y esbozando una sonrisa le dijo:
-Tienes toda la razón.- Le pagó lo acordado, y nos fuimos.
Saludos.