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A VILAVELLA: Bien, como no me interrumpe nadie seguiré con "ese...

Bien, como no me interrumpe nadie seguiré con "ese diálogo"que tanto necesitamos.
Se nota cada día, en cada instante; hablamos mucho, quizá demasiado, en la calle, en el trabajo, en el bar..., no nos callamos ni debajo del agua, sinembargo no hay diálogo. En general, lo que hacemos es tratar de imponer nuestra postura sin importarnos la opinión del otro, siempre queremos que prevalezca nuestra verdad, y la verdad absoluta no existe en ningún ámbito de la vida, cada individuo es una verdad diferente (que bien me salió) tan válida como la del otro, pero a menudo vemos que no es así. Hay demasiada altanería, egoismo, soberbia, con frecuencia escuchamos:-pero este, ¿de qué va?-, si no es nadie-,-pero si hace dos dìas estaba...-, etc.
En la toma de decisiones, en vez de dialogar en busca de una solución acorde con la necesidad, no, cada parte quiere imponerse a la otra. El problema radica, en mi opinión, en que no escuchamos al otro, para después argumentar nuestra postura, sino que nos ponemos a la defensiva pensando que nos quiere convencer sin mas. ¿Somos demasiado desconfiados?. ¿Vemos siempre al otro como enemigo?. A veces parece que si, da la impresón que no importa tanto que gane tu equipo, sino que te alegras que pierda el contrario. Yo, que soy partidario de la filosofía de Rousseau sobre el comportamiento humano, a veces, en momentos puntuales, pienso que quizá tendría algo de razón Hobbes, cuando, casi un siglo antes decía lo contrario.
Este rollo viene a cuento porque las consecuencias de estos comportamientos infantiles las sufrí ayer en el trabajo. Un problema entre oficinas, lo pagamos los trabajadores, como siempre.
Saludos