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A VILAVELLA: Bueno, pues seguimos "volando" con pájaros; no obstante,...

Sr. Ballesteros, mi mas sincera felicitación por su magnifica disertación del mirlo, por lo tanto le daremos un notable y eso si recuerde que no se puede copiar, porque de lo contrario su nota seria un suspenso.
Una cosa que nos gusto ha sido su epifonema y la manera de su relato, en este apartado tiene otro notable, lo cual le da lugar para hacer epinicio.

Es usted un buen chaval, pone interes y lo mejor que le gusta el fut bol del bueno, y tiene otra virtud que utiliza la equidad en todo momento.
Feliz fin de semana.

Bueno, pues seguimos "volando" con pájaros; no obstante, ese fue el sueño de la humanidad durante siglos: poder imitar a los pájaros y volar.
Te decía en el mensaje anterior que en estas cuestiones de la naturaleza no me hace falta copiar, por lo menos en lo que he vivido. Debes tener en cuenta que yo soy mas de campo que las carqueixas, pasé mas de un cuarto de siglo pisando cada palmo de terreno en las tareas del campo, a lo que hay que añadir, como mínimo, otro cuarto de siglo de cazador. De manera que conozco bien esos montes, su flora y su fauna; quede claro que no mas, sino, tal vez menos que el resto de personas en las mismas circunstancias. He de reconocer que, precisamente el Mirlo, NO era el que mas nos llamaba la atención en nuestras adolescentes salidas en busca de nidos. Si nos sorprendía en su rápida y ruidosa salida del nido, cuando notaba nuesra presencia, pues se mantenía agazapado en él hasta que, prácticamente, lo teníamos al alcance de la mano.
Nuestras presas preferidas era las crías del Pombo, (Paloma Torcaz) de la Pega, (Urraca) y del Pigarro (Grajo)."Mandaban los mercados". Había demanda de este producto, nos los pedía un Sr. que vivía en el barrio del cagaxito, de nombre José Ramírez, inmensamente mas conocido como "Latas". Tengo muy vaga idea del precio, por eso no me aventuro a decirlo, pero de lo que si estoy completamente seguro, es que no valìan todos igual, lo que mejor pagaba era el Pombo, seguido del Pigarro y después la Pega; el resto, a veces, ni los quería.
Trabajábamos en equipo, normalmente éramos cuatro aunque a veces se agregaba alguno mas. Empezada la primavera climatológica, ya empezaba, también nuestra tarea de observación que daba sus frutos. Seguramente os sorprenderá lo que voy a decir a continuación: En ocasiones, sabíamos donde construirían el nido antes de empezar. La explicación es sencilla, constatada, años después. Pero eso será mas tarde.
Saludos.