La
plaza de
Santo Domingo se encuentra en la mitad de la zona que rodea toda la
muralla de
Lugo, entre las
calles de La Reina y
San Marcos, cerca de la
iglesia de Santo Domingo, una hermosa edificación construida en el siglo XIII y modificada en el XVII en el cual puede hallarse el sepulcro y la
estatua de Fernando Díaz de Ribadeneyra.
A lo largo de su
historia, esta plaza fue varias veces remodelada, y los
edificios que pueden verse a su alrededor son, en la mayor parte de los casos, recientes.
En 1976, al celebrarse los dos mil años de la creación de la ciudad, se levanto la estatua en bronce de un águila que recordaba la fundación de Lugo por los
romanos. El aguila, precisamente, era el animal que representa el imperio
romano.
Esta estatua esta colocada sobre una
columna de granito de 15 metros y fue diseñada para la ocasión por el arquitecto Antonio González Trigo.