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MIÑO: LA NIEBLA TE DEJA TEMBLANDO EN MIÑO. ...

LA NIEBLA TE DEJA TEMBLANDO EN MIÑO.
Aquella noche del mes de enero del 1965, la niebla estaba cerrada y con mucha humedad, una familia con un pasado un poco turbio, miraba tras sus ventanas el ambiente aquel de no poder divisar ni las casas de al lado, El marido intentaba convencer a su esposa de aquel tiempo tan desagradable, el hombre tenia un pasado de estraperlista y aprovechado de las personas que vivían económicamente mal, para seguir haciendo capital sin escrúpulos, Más a las dos de la madrugada, sonó el llamador de su puerta de la calle con fuerza, el hombre no se quería moverse de su cama, la esposa le obligo al ver como seguía su llamador sonando, con un eco que parecía dar miedo, el hombre medio vestido salió hasta su puerta, y entre las juntas de la puerta no veía a nadie, al abrir se encontró con una niebla que le azotaba su cara, el hombre miraba hacia todos lados, no se veía a nadie en el contorno aquel, más al darse la vuelta de nuevo sonó con la misma fuerza, quiso abrir su puerta, más las manos le temblaban, su esposa estaba detrás de él, y consiguieron abrir la puerta de la calle, donde no se veía a nadie, Miño, era una localidad tranquila, estaba rodeada de la Ría de Betanzos, el hombre suponía algo raro, la niebla parecía como si fueran nubes que te dejaban metido en su interior sin ver a dos metros de distancia. De pronto apareció una imagen como si estuviera metido dentro de una sabana blanca, que al estar dentro de aquella niebla no se distinguía quien podría ser, Aquel fantasma con voz ronca le pidió mil pesetas para pagar deudas, los ojos de aquel ser brillaban entre la sabana, la esposa le indico dale ese dinero, su voz me suena a alguien que le prestamos dinero hace años, El fantasma parecía no pisar el suelo, y el hombre con el miedo en el cuerpo le trajo el dinero que le pidió dicho ser. El fantasma alargo su mano, como si fuera de goma, y se perdió entre la niebla cerrada que cubría todo el contorno de esa localidad gallega, el marido asustado comentaba a su esposa, “quien era este individuo fantasma”, ella le contesto, su voz me suena, y seguro que le hicimos alguna faena hace años, cuando el estraperlo nos hizo ricos, Mejor que no comentemos nada, nadie se va a enterar, ni lo diremos a nadie es mejor estar callado que no contar nuestras miserias, Miño respiraba paz, sus marineros seguían navegando. G X Cantalapiedra.