HISTORIAS DE MIÑO DE GATO Y PERROS
Existe un perro lobo y un gato que se quieren y defienden como si fueran hermanos, El perro y el gato viven en un primer piso con balcón, y el Triki a dicho perro le ladra cada día que vamos a la carnicería de debajo de ese piso donde conviven gato y perro, anteayer fuimos a visitar dicha carnicería, y pudimos ver al gato en el cobijo de su perro lobo en la calle, solo tenían a su jefa ordenarlos, este perro al ver al Triki le amenazó con gruñidos de ataque, y el gato gatuño, sacaba al aire sus puños, mientras el Triki ladraba, y el lobo le contestaba, eran dos formas de enojos, más el gato mayando decía si vienes te saco los ojos. En aquel soportal dichoso, el Triki temía perder sus ojos, Pero el gato amenazando y el Triki siempre ladrando, daban un claro espectáculo, los vecinos comprobaban como su furia lanzaban, y en el aire allí flotaba señales de ser los jefes de aquel buen escaparate, donde chorizos y carne nos dejaban sus señales, el gato siempre en defensa, y el perro lobo pensaba como este perro podenco venga le sacaremos el alma, y el Triki lanzando enojos allí no se amedrentaba, era un curioso combate, un perro lobo ladrando mirado de frente al Triki que con dientes acerados parecía más valiente, era el instinto presente de sentir el desafío de mirarse uno por uno, y terminar en combate, más aquel gato gatuño al ver próximo el ataque se escondió debajo un coche por no ser inoportuno, y verse triste el gatuño que desde lejos miraba. La dueña no se callaba, de llamarles la atención mientras el Triki miraba señalando aquel balcón. Donde el perro lobo habitaba con su compañero el gato que con sus ojos brillando al Triki querían dañarle, está bien acostumbrarles a ser animales buenos, que no suelten su veneno ni quieran dañar a nadie. Es muy buena la lección de verse libres ladrando, aunque no tengan razón alguien les vendrá gritando. G X Cantalapiedra. 10 - 8 – 2025.
Existe un perro lobo y un gato que se quieren y defienden como si fueran hermanos, El perro y el gato viven en un primer piso con balcón, y el Triki a dicho perro le ladra cada día que vamos a la carnicería de debajo de ese piso donde conviven gato y perro, anteayer fuimos a visitar dicha carnicería, y pudimos ver al gato en el cobijo de su perro lobo en la calle, solo tenían a su jefa ordenarlos, este perro al ver al Triki le amenazó con gruñidos de ataque, y el gato gatuño, sacaba al aire sus puños, mientras el Triki ladraba, y el lobo le contestaba, eran dos formas de enojos, más el gato mayando decía si vienes te saco los ojos. En aquel soportal dichoso, el Triki temía perder sus ojos, Pero el gato amenazando y el Triki siempre ladrando, daban un claro espectáculo, los vecinos comprobaban como su furia lanzaban, y en el aire allí flotaba señales de ser los jefes de aquel buen escaparate, donde chorizos y carne nos dejaban sus señales, el gato siempre en defensa, y el perro lobo pensaba como este perro podenco venga le sacaremos el alma, y el Triki lanzando enojos allí no se amedrentaba, era un curioso combate, un perro lobo ladrando mirado de frente al Triki que con dientes acerados parecía más valiente, era el instinto presente de sentir el desafío de mirarse uno por uno, y terminar en combate, más aquel gato gatuño al ver próximo el ataque se escondió debajo un coche por no ser inoportuno, y verse triste el gatuño que desde lejos miraba. La dueña no se callaba, de llamarles la atención mientras el Triki miraba señalando aquel balcón. Donde el perro lobo habitaba con su compañero el gato que con sus ojos brillando al Triki querían dañarle, está bien acostumbrarles a ser animales buenos, que no suelten su veneno ni quieran dañar a nadie. Es muy buena la lección de verse libres ladrando, aunque no tengan razón alguien les vendrá gritando. G X Cantalapiedra. 10 - 8 – 2025.