ARES: Son las 0,20 horas, sentado en la orejera de la salita...

Son las 0,20 horas, sentado en la orejera de la salita y el televisor apagado, a mi lado y sobre un arca antigua está la primera radio que tuvimos en la casa de Ares casa en la que me crié, la radio fue comprada en el año 1956, todo un acontecimiento para aquel entonces y aun que teniendo solo seis años daté, costumbre que mantuve siempre que surgía un acontecimiento que para mi era significativo, quizás una reminiscencia de lo que con el tiempo se ha ido desarrollando en mí, la debilidad por la historia hurgando en el pasado subrayarlo para así poder analizarlo para entender el presente.
La radio durante muchos años siempre fue mi fiel compañera, jugaba una función esencial como medio de entretenimiento, seriales que duraban años para todo tipo de gustos, en donde voces acreditadas tanto en el teatro como en el doblaje daban protagonismo a personajes, Pedro Pablo Ayuso, Matilde Conesa, Juana Ginzo, Matilde Vilariño y otros que no me vienen a la memoria, formaban un helenco de actores que tenían ganado el prestigio y admiración de muchos de aquellos oyentes por su profesionalidad y categoría interpretativa y sus personalísimas voces
Series lacrimogenas pero también novelas acreditadas como La cabaña del tio. Tom, y una larga serie basada en la obra de Galdós los Episodios Nacionales, excelentemente interpretadas que me indujo a leerlos, la radio en donde la imaginación del oyente jugaba un importante papel ya que era ella la que creaba los ambientes y paisajes inducidos por el narrador el cual jugaba un papel fundamental
Programas de humor como el protagonizado por Pepe Iglesias el Zorro aquel argentino que daba voz a múltiples personajes, en torno a un ambiente familiar en clave de comedia,
No había saturación como hoy en día, había tiempo para la radio y la familia
Hoy absorvido de tanto artilugio el mundo nos lleva a estar de cuerpo presente al tiempo que estamos ausentes y en otro lugar, es el progreso que sin darnos cuenta roba mucho de nuestra libertad y nos convierte en seres alienados pero hoy no toca este debate
Recuerdo una de aquellas primeras radios que se ponían en altavoz para que medio Ares se enterara quien era el afortunado que se había comprado una radio
Luego se popularizó y eso llevó a la discreción
Cinco años más y vino la tele a Ares
Todo un acontecimiento