Hoy y después de 45 años, he podido saludar nuevamente a mi
amigo Gregorio en Pamplona. Han sido unos momentos mágicos
en que después de un abrazo hemos comentado avatares y anéc_
dotas de hace un montón de años. En verdad estoy emocionado
del gran cambio que ha experimentado el
pueblo y de las co-
sas que Gregorio me ha contado así como de las personas de las cuales me acuerdo y que no veo desde hace tantos años.
También he tenido el placer de saludar a Avelina su mujer y a tia Cita que
... (ver texto completo)