TORNAVACAS ES UN PUEBLO ESTUPENDO Y CON MUCHA HISTORIA:
Consta en documento el haber sido este pueblo hecho villa por los Reyes Católicos de. Fernando y deª Isabel, perteneciente a la casa de Oropesa. Su larga calle principal que discurre con el eje del río Jerte, antiguo cordel del ganado trashumante de Castilla a Extremadura, está dividida en tres tramos: calle Real de Arriba, calle Real de Enmedio, y calle Real de Abajo. En la Calle de Enmedio está la iglesia parroquial de Nra. Sra. De la Asunción, de finales del s.XVII hermoseada de diez altares de preciosa bóveda, de una sola nave. En esta misma iglesia hay una suntuosa capilla en la que se venera la célebre imagen del Cristo del Perdón, que, si no miente la tradición de este pueblo, fue aparecida milagrosamente en una de las dos sacristías de la parroquia. A poca distancia se hallaban antiguamente dos hospitales, uno que se dice de la Pasión, y otro, unido a éste, que era para refugio de pobres viandantes. Estos dos edificios, cedidos por el Ayuntamiento, se están rehabilitando por la Dirección General de Medio Ambiente como Centro de Interpretación de la Trashumancia ligado a la Reserva Natural de la Garganta del Infierno. A poca distancia de la plaza mayor, está la conocida plaza de las Cárceles, donde está la Casa Consistorial. Siguiendo el recorrido de esta calle principal el viajero descubrirá el sabor de su casco histórico, de numerosas casas solariegas y quehacer afanoso de su gente. Siguiendo Calle Abajo pasamos delante de la Casa Rural "Antigua Posada" que tiene enfrente la casa de un criado de su majestad, como reza en la inscripción del dintel de la puerta, donde pernoctó el Emperador Carlos V en su camino a Yuste.
Sobre su fundación y privilegios; cuéntase por tradición, que el llamarse Tornavacas fue en tiempo del famoso conde de Castilla Fernán González, dando éste una batalla a los moros en la Vega del Escobar; se dice que los cristianos de Tornavacas acordaron juntar todo su ganado vacuno, y colocar en las astas velas encendidas, conducirlo en noche oportuna el puerto arriba para que siendo visto de la morisma, esta se sorprendiera y espantado huyese. Se tuvo el objeto deseado y con mandar tornar las vacas, se vino a quedar el pueblo con el nombre de Tornavacas; como recoge el escudo de armas de la villa, una vaca con dos velas atadas a las astas.
Un saludo para todo el pueblo, un pueblo con mucha historia y un pueblo maravilloso que siempre queda algo por conocer.
Consta en documento el haber sido este pueblo hecho villa por los Reyes Católicos de. Fernando y deª Isabel, perteneciente a la casa de Oropesa. Su larga calle principal que discurre con el eje del río Jerte, antiguo cordel del ganado trashumante de Castilla a Extremadura, está dividida en tres tramos: calle Real de Arriba, calle Real de Enmedio, y calle Real de Abajo. En la Calle de Enmedio está la iglesia parroquial de Nra. Sra. De la Asunción, de finales del s.XVII hermoseada de diez altares de preciosa bóveda, de una sola nave. En esta misma iglesia hay una suntuosa capilla en la que se venera la célebre imagen del Cristo del Perdón, que, si no miente la tradición de este pueblo, fue aparecida milagrosamente en una de las dos sacristías de la parroquia. A poca distancia se hallaban antiguamente dos hospitales, uno que se dice de la Pasión, y otro, unido a éste, que era para refugio de pobres viandantes. Estos dos edificios, cedidos por el Ayuntamiento, se están rehabilitando por la Dirección General de Medio Ambiente como Centro de Interpretación de la Trashumancia ligado a la Reserva Natural de la Garganta del Infierno. A poca distancia de la plaza mayor, está la conocida plaza de las Cárceles, donde está la Casa Consistorial. Siguiendo el recorrido de esta calle principal el viajero descubrirá el sabor de su casco histórico, de numerosas casas solariegas y quehacer afanoso de su gente. Siguiendo Calle Abajo pasamos delante de la Casa Rural "Antigua Posada" que tiene enfrente la casa de un criado de su majestad, como reza en la inscripción del dintel de la puerta, donde pernoctó el Emperador Carlos V en su camino a Yuste.
Sobre su fundación y privilegios; cuéntase por tradición, que el llamarse Tornavacas fue en tiempo del famoso conde de Castilla Fernán González, dando éste una batalla a los moros en la Vega del Escobar; se dice que los cristianos de Tornavacas acordaron juntar todo su ganado vacuno, y colocar en las astas velas encendidas, conducirlo en noche oportuna el puerto arriba para que siendo visto de la morisma, esta se sorprendiera y espantado huyese. Se tuvo el objeto deseado y con mandar tornar las vacas, se vino a quedar el pueblo con el nombre de Tornavacas; como recoge el escudo de armas de la villa, una vaca con dos velas atadas a las astas.
Un saludo para todo el pueblo, un pueblo con mucha historia y un pueblo maravilloso que siempre queda algo por conocer.