TORNAVACAS: GARGANTA DE LOS INFIERNOS: El castaño se trueca...

GARGANTA DE LOS INFIERNOS:


El castaño se trueca en monte natural, bosques de robles, espinos y agavanzos, sin darnos cuenta, nos encontramos ya frente al inmenso valle de la Garganta del Infierno, en pleno corazón de la reserva natural. En sus tramos altos recibe los nombres de Garganta de los Tres Cerros y Garganta de la Serrá, siendo alimentada por las gargantas de Asperones, Collado las Aguas, Garganta Riscoencinoso e infinidad de arroyos que cuartean el lomo de las sierras. Si nos detenemos un momento a contemplar la visión del magnífico paisaje y abrimos los oídos, descubriremos un sordo rumor de fondo, una nueva sonoridad que emana de la hondonada y se posa sobre todas las cosas. Pronto lo reconocemos como el rumor del agua y el gemido de la tierra. En esa amplísima gasa de música, hilan vivaces los pájaros invisibles. El pinzón en los últimos cerezales traba gotas de luz, los frágiles herrerillos y carboneros, salpicándolo todo de melodiosas hebras, curiosean las ramas más tiernas, la oropéndola pasa como el relámpago dejando un rastro de oro desvanecido, carpinteros y picapinos desde el viejo tronco moribundo percuten sus delgados tambores y en lo secreto del zarzal el cantor solitario enciende un arpa de brasas, quizá sean demasiadas excelencias, licores demasiado fuertes que embriagan y hacen saltar los cerrojos que atenazan el espíritu.