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SANTIBAÑEZ EL ALTO: Hola Adelía, Victorío, que ilusión poder leeros, y...

Hola Adelía, Victorío, que ilusión poder leeros, y saber de vosostros, tambien mi saludito para Joseíto y para todos los que pasen por aquí, que sé que son muchos mas los que nos leen, que los que escribimos, de ahí la importancia de pasar y contar cositas.

Adelía, muchas gracias mi querida amiga de la infancia, por esas preciosas palabras, la verdad que me encanta escribir, leer, escuchar música, el cine y el teatro, lástima que no pueda satisfacer todas esas necesidades, pero como diría mi sábia abuela, nunca es tarde para comenzar y hacer cambios en tu vida. Adelía me encanta hablar, por eso de mis escritos tan largos, gracias guapa, lo tendré en cuenta en un futuro... por lo de dedicarme e escribir, imaginación tengo, pero de momento me conformo con escribir por aquí y que mis pasisanos me lean.

Victorío, que no me ocurre nada, solo que cuando llego del pueblo llego con las pilas un poco! PLOF ¡, y se nota en mis escritos, la nostálgia y los problemas me caen como una losa una vez que llego al mundanal ruído, pero estoy bien mi querido amigo, muchas gracias.

El martes, me voy otra vez, ya que operan a mi padre de cataratas y le prometí que iría, ya que soy persona de palabra, y lo que digo procuro que se cumpla, sino no lo digo, me callo y punto, y luego cuando lleguen los momentos lo que surja, pero la palabra debe de ser ley, y las promesas que se dicen se deben cumplir. A los padres hay que cuidarlos, es como un reconocimeito a lo que ellos nos dieron en su momento yo lo creo así. No sé si podré entrar desde el pueblo, para contaros algo desde allí.

Adelía es cierto lo de la iglesía, aún recuerdo los tiempos de catequésis, creo que era D. Nicolás, o D, Miguel quien nos dio catequésis, aún recuerdo cuando salía coriendo derecha a la iglesía, que disciplinados/as éramos por aquellos entonces, como aprendíamos el catecismo, y todo lo que nos enseñaban, con nuestro velito negro, ya que no podíamos entrar en la iglésia si no íbamos tapadas,! Ay qué tíempos aquellos ¡Siempre digo, aquellos maravillosos años, cuanta inocencia e ingenuidad por aquella época.

Bueno que me encanta leeros, y poder contestar, ya que los foros están para eso, para comunicarnos los del pueblo y contar muchas cosas, siempre desde el respeto, y la educación.
Elena, de tí sé casi todos los días, y que me siento muy bien habiéndome reencontrado contigo amiga mía. Siempre fuiste mi amiga del alma, y haberme reencontrado contigo es lo mejor que me ha pasado

Aún recuerdo el susto que me diste cuando te hice una pregunta que yo no entendía, y tu me la aclaraste, por aquellos entonces tendríamos 6 o 7 años, y la tengo viva en mi memoría. Jugábamos a las boregallas en la calle mayor, y desde entonces cambió mi existencia, y me enteré que cuando te morías se paraba el corazón.

Abrazos para todos los santibañejos/as. Maribel.