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SANTA CRUZ DE LA SIERRA: LA SIERRA DE SANTA CRUZ...

LA SIERRA DE SANTA CRUZ

Solemne y majestuoso promontorio de piedra berroqueña de 844 metros de altura, totalmente aislada de las prolongaciones montañosas de la cordillera Oretana o montes Hermineos. Magistralmente colocada en el vértice de las dos cuencas de los ríos Tajo y Guadiana. Desde su cumbre se dominan grandes extensiones de terreno en días plácidos de sol en una y otra parte. Verdadera atalaya natural es su cumbre formada por dos picachos, uno cónico que mira al poniente donde aún hoy se pueden admirar vestigios de su fortaleza; el otro, abrupto y empinado bastón de defensa de su lado norte en cuyo frente y entre ambas elevaciones se forma una sinuosa hondonada, garganta rica en pastos y nítidas aguas con exuberante vegetación y espesos escobales.

Esta fortificación de gran importancia militar en las dominaciones árabe y romana, estuvo dotada de aljibes y fosos, bodegas y subterráneos bastantes capaces para sostener una lucha prolongada. Pero no siempre la cruceña fortificación se distinguió como enclave y baluarte de defensa de la sierra y sus moradores. Es en el siglo IX por los años 860, cuando se convirtió en depósito de robos y guarida de tribus berberiscas, belicosas e inquietas amontonando en su seno las grandes riquezas y botines de su latrocinio. La historia la presenta combinada con la rebelión de Alhanje, distinguiéndose el famoso muladi Meruán que por su valor y astucia logró tener en constante sobresalto a los califas moros.

El contorno oriental de la sierra comprende terreno fragoso y difícil, cortado por simas y barrancos, moles de granito y maleza que lo hacen intransitable. Arriba, en la planicie del risco trazados por construcciones ciclópeas, se forma una meseta de tres hectáreas aproximadamente donde se observa la acrópolis, la necrópolis o campo sagrado, los altares y las piedras de sacrificio. Sin embargo, lo primero que aviva la curiosidad del excursionista son los poblados y los sepulcros de la sierra; los primeros corrían de norte a sur por la parte oriental de la montaña de los que solamente quedan ruinas y trazados, los segundos, diseminados y esparcidos por toda la falda oriental ya sueltos o agrupados formando necrópolis en pequeños recintos.

Conjunto histórico “tupida“ de huellas y reminiscencias del pasado; declarada Monumento Nacional Arqueológico el 3 de Junio de 1931, podrá ser visitada por estudiosos, arqueólogos y antropólogos amantes del paisaje y de la historia.