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SANTA CRUZ DE LA SIERRA: QUINTA SEMANA CON MARIO (sexta continuación)...

QUINTA SEMANA CON MARIO (sexta continuación)
Por física se tiene que en un movimiento uniforme, el espacio es igual al producto de la velocidad por el “tiempo”, donde el movimiento está ligado al espacio (E), la velocidad (V) y el tiempo (t), de manera que partiendo del producto (E = V * t); la relación (V = E / t); y por lo mismo (t = E / V); primero demostrar que la primera derivada del tiempo es “cero patatero”, para ello a la función del tiempo la desarrollamos como la derivada de un cociente, del espacio dividido por una velocidad, t’= (V * E’ – V’ E)/ V² de modo, saber que la primera derivada del espacio es la velocidad E’ = V y también se sabe que la primera derivada de la velocidad es la aceleración, V’ = a; sustituyendo en la formula estos dos nuevos valores se tiene t’= (V * V – a * E) / V² = 0; para ello sustituir en la nueva función (V= a*t) y (E=a*t*t) sustituyendo queda el valor de t’= [ (a*t*a*t) – (a*a*t*t)] / V² = 0 / V² = 0. No se puede decir lo mismo de la velocidad (V = E / t), cuya derivada tiene una aceleración, V’ = (t * E’ – t’ *E) / t²; de manera que V’ = (t *E’ – 0) / t²; por ser la primera derivada de la velocidad la aceleración queda; a = (t *E’ - 0) / t²; donde por ser la primera derivada del espacio la velocidad se tiene; (a * t ²= t * V) quedando la ecuación (V = a *t). Lo mismo hace Mario con la última ecuación que relaciona el producto del tiempo con la velocidad (E = V * t); aplicando la derivada de un producto a esta ecuación se llega a la misma conclusión; (E’ = V * t’ + V’ * t); el producto de la velocidad por la derivada del tiempo toma el valor de “cero patatero” (V * t’= 0), el valor de la primera derivada de la velocidad la aceleración (V’ = a) y por último el valor de la primeras derivada del espacio es la velocidad (E’ = V), de forma que la ecuación del espacio, también conduce a que la velocidad tiene un componente llamado “aceleración”, (V = a * t). Nuevamente el rey de los números arábigos el “cero” tiene un gran valor, y Mario invita a los niños de Santa Cruz a ver a la engañosa bestia de la mentira endemoniada, con el rostro cubierto de pelo, con puntiaguda nariz de hocico largo, de prolongada cola anillada, los niños y niñas veían por el centro de las agujas del reloj imaginario de Mario, veían como se bañaba la bestia en el estanque donde recogía el producto de sus mentiras. Si la “aceleración” permanece constante, el espacio total puede calcularse por la formula E = Eo + Vo*t + (0,5 a * t²); donde (Eo) es el espacio inicial; (Vo) es la velocidad inicial; sea como ejemplo el espacio inicial (Eo= -1m.); la velocidad inicial (Vo= 6m/s.); con aceleración (a=10m/s²) y se quiere saver el espacio que alcanza el móvil a cabo de 10 segundos, se procede a introducir los datos en la formula del espacio de manera que E= -1+ 6*10+ 0,5*10*10*10 = - 1+60+500= 559 metros. Si el espacio inicial es (Eo=0) se tiene E= 0+6*10+ 0,5*10*10*10= 60+500= 560. Sea otro ejemplo: ¿Que aceleración tendrá un móvil, que ha recorrido un “espacio temporal” de 4040100 unidades cuadradas de tiempo, en un tiempo de 2010 años?. E= Vo*t + 0,5*a*t²; 4040100 = 0*2010+ 0,5*a*2010*2010; despejando el valor de la aceleración (a) se tiene por solución como se expone la (0,5*a = 4040100/ 4040100); a = 1/0,5 = 2 unidades de aceleración. Queda pues verificado y demostrado todo lo expuesto hasta ahora.
Queridos alumnos nos dijo Mario, el tiempo o con el tiempo, puede derrotar al “capitalismo”, cambiar toda la manera de ser de toda una sociedad, donde no exista la crisis, ni elementos afines que la provoquen, ni asociaciones FAES que minen el destino social, ni países pobres que pasen hambre como el mundo negro, tampoco habrá tan grande desequilibrio social, donde unos son reyes pegando una patada a la bola, y otros son reyes de reinos que no existen ni en lo terreno ni en lo divino, es así de claro y sencillo. Hay quien se atreve a afirmar que la igualdad es sinónima de injusticia, pero nos hemos parado a pensar alguna vez a quienes tenemos subidos en los pedestales de la santidad de nuestra propia historia.
Corría en el espacio del “tiempo” el año 1233, donde existía un atalaya poblado de árabes, en lo más alto de su picota había un castillo, donde habitaba y vivía el rey “cero” con la corte mora y los lacayos árabes, el habitáculo su cubierta era de teja árabe y su aljibe de fina argamasa de cal revestida, los lacayos tenia como habitáculo un recinto de forma rectangular otras más bien cuadradas con paredes de piedra mas o menos bien careadas, hasta una altura próxima a metro y medio, con la techumbre de palo en forma inclinada cubierta de escoba con torvisco cosida, sus viviendas ocupaban la planicie de dos riscos de gran dimensión, su existencia la hacia posible por una parte “el pozo del rey” por otra recogían el agua de lluvia en una gran charca que le servia de depósito, lugar hoy conocido por el “reventón”, debido a que un año de abundante lluvia, posterior a la ocupación, reventó la presa y con ello desapareció, otras de las fuentes de subsistencia que utilizaban se encontraban en medio de la falda del montículo que mira al norte, donde se pueden apreciar los bancales que utilizaban para sembrar hortalizas que regaban con el agua del manantial que hasta el día de hoy agua mana. No había pasado un año en el “tiempo”, cuando todas sus vidas fueron “robadas”, fue tan brutal la matanza, tan grande la destrucción que piedra en el castillo no quedaba, para que no sirva de cobijo si el atalaya vuelve a ser conquistada, la tierra empapada de sangre, con el agua del manantial se mezclaba, y desde entonces, los que lo vivieron, vieron, conocieron y participaron cada vez que recordaban la brutal matanza de otro nombre no podían llamarla, santa cruz de la sierra. Gobernaba Castilla Fernando III “el santo” y las tropas de don Yañe, hacían tan grande hazaña. Quien mata o en su nombre manda matar. ¿Haber como puede ser santo?
En la actualidad, sobre un basamento de mampostería, colocado ante las gradas del altar donde se sitúa la imagen de la Virgen de los Reyes, se encuentra la urna de plata que contiene los restos de Fernando III el Santo. En el basamento de mampostería que sirve de soporte a la urna se encuentran colocados, en sus cuatro lados, cuatro epitafios, compuestos en arábigo, latín, hebreo y castellano. La tradición sostiene que los cuatro epitafios fueron compuestos por Alfonso X el Sabio, hijo de Fernando III. El epitafio latino contiene la siguiente inscripción:
"HIC JACET ILLUSTRISSIMUS REX FERRANDUS CASTELLAE, ET TOLETI, LEGIONIS, GALLECIAE, SIVILLIAE, CORDUVAE, MURCIAE, ET JAENI. CONSTANTISSIMUS, JUSTISSIMUS, STRENUISSIMUS, DETENTISSIMUS, LIBERALISSIMUS, PACIENTISSIMUS, PIISSIMUS, HUMILLISSIMUS IN TIMORE, ET SERVITIO DEI EFICACISSIMUS. QUI CONTRIVIT, ET EXTERMINAVIT PENITUS HOSTIUM SUORUM PROTERVIAM, QUI SUBLIMAVIT, ET EXALTAVIT OMNES AMICOS SUOS, QUI CIVITATEM HISPALENSEM, QUAE CAPUT EST, ET METROPOLIS TOTIUS HISPANIAE DE MANIBUS ERIPUIT PAGANORUM, ET CULTUI RESTITUIT CHRISTIANO: UBI SOLVENS NATURAE DEBITUM TRANSMIGRAVIT ULTIMA DIE MAII, ANNO AB INCARNATIONE DOMINI MILLESIMO DUCENTISIMO QUINCUAGESIMO II"
Autor: Raimundo Rodríguez.