¡Ay, ojos claros pero ciegos, ojos que no saben ver!
¡Cuánto dice esta
portada, vulnerada por el tiempo y los hombres!
Y pensar que hay quien sólo vé la falta de una mano de pintura.
Incluido y centrado en el
arco de medio punto, el emblemático corazón flechado de los agustinos, corazón ardiente atravesado por la flecha, símbolo del amor a Dios, a la humanidad y al universo.
¿Imagina usted señor pintor a los monjes con sus indumentarias tallando el bello corazón?, ¿imagina usted el murmullo de
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