Para Gonzalo:
Los molinos que se construían en los ríos extremeños trabajaban la molienda del grano cobrando la llamada "maquila". Esta "maquila" solía ser de una lata de cereal, una vez molido. La lata era aproximadamente como esas medianas de sardinas en aceite. Una lata por fanega o dos latas por fanega...El molinero, moliendo "de sol a sol" y, según el caudal de agua del río, podía moler unas 20 fanegas por jornada, de media.
Una lata de harina de trigo daba para hacer un buen pan de cerca de un kilo o más. Y el pan, amigo mío, era caro y muy apreciado.
Si se caía el pan al suelo, se recogía, se hacía la señal de la cruz y se le besaba.
Para mayor ganancia, el molinero barría cuidadosamente el suelo de su molino, entre cliente y cliente. No se desperdiciaba ni un sólo grano.
Con estos restos recogidos en su labor barrendera, el molinero engordaba sus matancitas... Y ¡ a vivir!
Los molinos que se construían en los ríos extremeños trabajaban la molienda del grano cobrando la llamada "maquila". Esta "maquila" solía ser de una lata de cereal, una vez molido. La lata era aproximadamente como esas medianas de sardinas en aceite. Una lata por fanega o dos latas por fanega...El molinero, moliendo "de sol a sol" y, según el caudal de agua del río, podía moler unas 20 fanegas por jornada, de media.
Una lata de harina de trigo daba para hacer un buen pan de cerca de un kilo o más. Y el pan, amigo mío, era caro y muy apreciado.
Si se caía el pan al suelo, se recogía, se hacía la señal de la cruz y se le besaba.
Para mayor ganancia, el molinero barría cuidadosamente el suelo de su molino, entre cliente y cliente. No se desperdiciaba ni un sólo grano.
Con estos restos recogidos en su labor barrendera, el molinero engordaba sus matancitas... Y ¡ a vivir!
