San Francisco, MILLANES

La fiesta de San Francisco de Asís ya estaba próxima, y los primeros síntomas de ello era el toque a zafarrancho de limpieza en todas las casas del pueblo. El olor a cal flotaba en el ambiente, y se podía escuchar el ruido de los cepillos de raíces y de las raídas escobas de cabezuela cuando quitaban los chispos de cal que habían caído al suelo mientras "faldegaban". En las puertas de las casas se podían ver las camas, sofás, sillas, algún dstartalado baúl (en el que a los niños nos encantaba registrar...