No os podéis imaginar lo que eran esos
soportales en las tardes lluviosas de hace 40 años. Menos "pintados" que ahora, pero con mejor gusto...y llenos de gente jugando...a la rana, a pídola, a la bilarga... Niños, niñas, parejas...eso era una
plaza de un
pueblo en la que se hacía vida en sociedad y tenía sentido vivir en un pueblo. Hoy, todo
tiendas,
bares y pinturas de
colores en las
fachadas, que va a parecer esto un
barrio de las antillas... José María.