Hola, Fernando Torres Murillo. Como hoy es sábado, quiero hacer otra visita electrónica al foro de Jaraicejo y aprovecharla para enviar otro poema que me surgió cuando acompáñé a un entierro como despedida de un paisano...
Siempre procuro hacerlo como cordial y sentido homenaje a la persona que se nos va del mundo de los vivos.
Gracias por tus palabras de agradecimiento y por tus opiniones sobre el asunto ingrato de mi falta de amor al pueblo y a su gente. Los que opinan así padecen una miopía mental y necesitarían ir al oftalmólogo u oculista. Les llamas ignorantes. Sí, lo son porque la ignorancia es una ceguera mental...
Me gustaría identificarte. Tus apellidos son muy monjinos. ¿Puedes indicarme a qué familia perteneces? Aquí mando otro poema, un poco triste, fúnebre, lúgubre..., para que vean los ciegos que no sólo dedico poemas a mi pueblo, sino a calles de mi querido Jaraicejo. Es un poema inédito, perteneciente al cuarto libro todavía sin publicar.
Saludos amistosos y cordiales de un monjino de la ausencia
Wenceslao Mohedas
CALLE DEL CAMINO VIEJO
(JARAICEJO)
Calle de Camino Viejo,
triste tramo de un viaje
sin billete ni equipaje
de un cadáver en cortejo
hacia el último hospedaje.
Con su traje de madera
de pino, roble o nogal,
va en postura horizontal
a su morada postrera
por ser humano y mortal.
Por esta fúnebre arteria,
la muerte, el dolor, el llanto…
van al sacro camposanto
donde la humana materia
pierde su aliento y su encanto.
Camino que he recorrido,
rojos del llanto los ojos,
tras los paternos despojos
y tanto muerto querido
tal un calvario de abrojos.
Abuelos, padres, amigos…,
que se han ido de esta vida,
dejando indeleble herida
porque hemos sido testigos
de su nefasta partida.
Tantas gentes aldeanas
se van de la Tierra al Cielo
con bullanguero revuelo
de broncíneas campanas,
tocando a lúgubre duelo.
Camino Viejo, camino
por donde, tarde o temprano,
irá todo ser humano
a cumplir con su destino
final al lugar arcano.
Cuando se seque el venero
vital, de roja corriente,
yo iré de cuerpo presente
por ti, camino postrero,
mas ya en postura yacente.
Hoy, me causa escalofrío
y me motiva un misterio:
ver tan lleno el cementerio
y mi pueblo tan vacío
con un futuro tan serio…
WENCESLAO MOHEDAS RAMOS
JARAICEJO, agosto, 2008
Siempre procuro hacerlo como cordial y sentido homenaje a la persona que se nos va del mundo de los vivos.
Gracias por tus palabras de agradecimiento y por tus opiniones sobre el asunto ingrato de mi falta de amor al pueblo y a su gente. Los que opinan así padecen una miopía mental y necesitarían ir al oftalmólogo u oculista. Les llamas ignorantes. Sí, lo son porque la ignorancia es una ceguera mental...
Me gustaría identificarte. Tus apellidos son muy monjinos. ¿Puedes indicarme a qué familia perteneces? Aquí mando otro poema, un poco triste, fúnebre, lúgubre..., para que vean los ciegos que no sólo dedico poemas a mi pueblo, sino a calles de mi querido Jaraicejo. Es un poema inédito, perteneciente al cuarto libro todavía sin publicar.
Saludos amistosos y cordiales de un monjino de la ausencia
Wenceslao Mohedas
CALLE DEL CAMINO VIEJO
(JARAICEJO)
Calle de Camino Viejo,
triste tramo de un viaje
sin billete ni equipaje
de un cadáver en cortejo
hacia el último hospedaje.
Con su traje de madera
de pino, roble o nogal,
va en postura horizontal
a su morada postrera
por ser humano y mortal.
Por esta fúnebre arteria,
la muerte, el dolor, el llanto…
van al sacro camposanto
donde la humana materia
pierde su aliento y su encanto.
Camino que he recorrido,
rojos del llanto los ojos,
tras los paternos despojos
y tanto muerto querido
tal un calvario de abrojos.
Abuelos, padres, amigos…,
que se han ido de esta vida,
dejando indeleble herida
porque hemos sido testigos
de su nefasta partida.
Tantas gentes aldeanas
se van de la Tierra al Cielo
con bullanguero revuelo
de broncíneas campanas,
tocando a lúgubre duelo.
Camino Viejo, camino
por donde, tarde o temprano,
irá todo ser humano
a cumplir con su destino
final al lugar arcano.
Cuando se seque el venero
vital, de roja corriente,
yo iré de cuerpo presente
por ti, camino postrero,
mas ya en postura yacente.
Hoy, me causa escalofrío
y me motiva un misterio:
ver tan lleno el cementerio
y mi pueblo tan vacío
con un futuro tan serio…
WENCESLAO MOHEDAS RAMOS
JARAICEJO, agosto, 2008
