GARROVILLAS: IV;...

IV;
REPOBLACIÓN DE LA VILLA DE GARRÓVILLAS.

Recibí del Ayuntamiento. de Garrovillas la copia antigua delprivilegio de la repoblación de su villa, la he copiado lo más fielmente que he podido, y tengo el gusto de remitirla á ese Cuerpo literario. Es la misma que vi en su archivo municipal de la villa, y la misma que estuvo en el convento de San Bonito de Alcántara, de la que hizo un traslado Lorenzo Mateos de Oliva:. Está es-
Grita en un pliego de papel roto par los dobleces, marcado en su fabricación -con una figura de mano, y escrita, á juzgar por su forma de letra, en los arios finales del siglo xv ó en los primeros del siglo xvi.
El D. Alfonso, rey de Castilla y señor de Vizcaya, que figura, en el privilegio, creo que sea D. Alfonso el Onceno, que fué el primero que se tituló de esta manera en 1331, cuando se incorporó la provincia de Alava á la Corona Real (Garibay, lió. Ix, cap. 781; y creo que le daría en el año 1340, cuando fué á Valencía de Alcantara contra el maestre de -la Orden, D. Gonzalo Nuño, que se había rebelado (Garibay; t. ix, cap. 86), desde donde pasaría á la capital de la orden y en ella haría la donación del- infantazgo de lz ¡s Siete, Villas al quinto hijo bastardo, llamado D. Fernando, que tuvo en Doña Leonor dé Guzmán, nacido en el mismo afilo que st2 otro hijo legítimo D. Pedro, con el que estuvo hasta que éste fué rey, los cuales tendrían 7 años al hacerse esta donación. Era indudablemente- este infante D. Fernando el que figura en este privilegio, porque se titulaba señor dé Ledesma en 1354, según dice Ayala (lió. xx, cap. 9.°), y no podía titularse así sin que tuviera concedido el infantazgo de las Siete Villas, que era el conocido con el nombre de las Cinco, compuesto de Alburquerque, Alconetar,
Galisteo, Granadilla y Montemayor, á cuyas villas se agregaron Ledesma y Sálvatierra y la villa de Miranda, sin que por esta agregación perdiera el nombre de las Cinco Villas, mas que en esta ocasión de la data de-este privilegio, en el que se le llama dulas Siete, según se ve por el testamento de D. Fernando el de Antequera, hecho en 1416 (Zuríta, Anca., cap. 60). Corrobora que
fue éste y no otro el infante agraciado con el infantazgo, el decir su padre en el privilegio que pertenecía este señorío á su hijo Mayor, que, entonces era de entre los legítimos, D. Pedro, al que encargaría respetase esta donación y privilegio, los guardase y firmase, lo cual entonces: no -lo; baria por impedírselo su- corta
edad, ni lo haría despue. s,. segtin se deduce de la copia, en donde tío aparece su firma. Lo corrobora, además de esto, la historia de la posterior sucesión en estos señoríos, que. hecha brevemente es ' la siguiente: murió el dicho infante D. Fernando en el. año 135{}
(Ayala, lió. xx,, cap. 9.°), y heredária todos sus bienes su- madre Doña Leonor; pero D. Pedro, luego que, reinó, dio todos los bie