Me siento muy
feliz de haber nacido con la buena fortuna de poder oler este
pueblo, de poder pisar sus
calles, de haber compartido y de poder seguir compartiendo momentos que sobreviven con el paso del tiempo, que crean historias que se recuerdan constantemente, SIEMPRE, en cualquiera de sus
rincones. Mando un saludo muy gordo a todos los que viven allí (muchos besitos, abuelos!), y a los que vamos en cuanto el tiempo nos da un respiro.
Saludos a Yeni, a Alejandro y al de Guecho!
¡Que linda está
... (ver texto completo)