Yo soy cañamerano también y he estado en el pueblo el fin de semana posterior a la catástrofe. Al salir al monte, el corazón se me ha constreñido. Yo había paseado por esos montarrales muchas veces, para contemplar la riqueza, fotografiar sus rincones, etc. Ahora todo eso se ha perdido, aunque queden más hectáreas y hectáreas.
Pero lo que más me apena es que mucha gente ha perdido sus colmenas, sus árboles, sus huertos... Han perdido una parte de su futuro.
Pero lo que más me apena es que mucha gente ha perdido sus colmenas, sus árboles, sus huertos... Han perdido una parte de su futuro.