Es en 1904 cuando la Cofradía Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de la Misericordia aquiera la imgen de LA MAGDALENA, talla de busto redondo en madera policromada, de autor desconocido.
Aparece la mujer con el cabello extendido y los ojos mirando al cielo, como queriendo captar la Misericordia del Altísimo. Su mano derecha, tendida hacia adelante, parece querer transmitir esa Misericordia, venida del Cielo, al hombre que, al romper el alba del Viernes Santo, contempla el transcurrir de este paso tan especial. Mientras, con la otra mano sostiene un Crucifijo en el lado izquierdo de su pecho, muy próximo a su corazón. Junto a su pie izquierdo, una calavera, que en Hebreo se designa con el término Gólgota, nos recuerda al Monte Calvario.
Desfila este paso en segundo lugar, recogiendo la estela de dolor que el rostro de Jesús Nazareno deja tras de sí, y cuya angustiada viveza se dulcifica levemente en la expresión de María Magdalena.
Desfila sobre andas, en color caoba, que fueron construidas en el taller del maestro carpintero D. Lorenzo Cordobés, en Casar de Cáceres.
Aparece la mujer con el cabello extendido y los ojos mirando al cielo, como queriendo captar la Misericordia del Altísimo. Su mano derecha, tendida hacia adelante, parece querer transmitir esa Misericordia, venida del Cielo, al hombre que, al romper el alba del Viernes Santo, contempla el transcurrir de este paso tan especial. Mientras, con la otra mano sostiene un Crucifijo en el lado izquierdo de su pecho, muy próximo a su corazón. Junto a su pie izquierdo, una calavera, que en Hebreo se designa con el término Gólgota, nos recuerda al Monte Calvario.
Desfila este paso en segundo lugar, recogiendo la estela de dolor que el rostro de Jesús Nazareno deja tras de sí, y cuya angustiada viveza se dulcifica levemente en la expresión de María Magdalena.
Desfila sobre andas, en color caoba, que fueron construidas en el taller del maestro carpintero D. Lorenzo Cordobés, en Casar de Cáceres.