no se ni polque vot ec-cribo ni maldecia la froncia, en fin.
principiamoh y voy a contaiboh ac-cape lo que moh aconteció et-tando en el p puebro el cabezo el domingo pac-cua. que moh habiamoh levantao y andabamoh aviando un cacho cabrito pa la comida del dia pac-cua cuando de repente veo pol la ventana de la aguela que venian tréh encolbataoh con un maletin de la mano que pol la pinta eran de loh te-tigoh de jeová, que andan mucho pallí pal otro rio, ya andaba llo un poco retolcio que mabia acot-tao la noche anteh a lah cuatro la mañana y venga de echáh medio con el del soto, que no andaba llo con ganah de andal-le con contempracioneh. Asi que casi sin dal-le tiempo a tocalme la puelta, casi enviado pol la providencia apareció el santo hombre varón y diácono, el padre Eliseo, que venia la calle arriba, venia el diacono eliseo, con gana de pelea, et-taba rodeado por un aura, venia henchido y era como un pozo de sabiduria biblica dip-puet-to a preesentá batalla. Se dirigió el padre eliseo a loh paganoh y se frotó lah manoh que parecia el mitmisimo papa calixto, anteh que loh otroh le soltaran su dic-culso, el padre diacono eliseo arremetió contra el infiel... parecia clin itvut con la manta, el sombreo y el cigarro telciao en el labio, rebatia algumentoh en favol de la fé crit-tiana como si fuera el revolver del pit-tolero. A lagrima viva lloraban loh te-tigoh de jeova que ac-cape abrazaron la teologia del rendo, pedian a gritoh que el padre leh abautizara en el pilá, pero el padre lejos de jactarse, cogiò y loh bendició URBI (que si ubiera querio incruso loh podria habel vendecio ORBE, PERO NO QUISO) luego mah talde humilladoh loh infieleh pol habel adorado a loh falso profetah, se embocaban como juancanoh pol loh tesoh que corrian que se at-jatiñaban y el padre eliseo que lla no era ni sombra de aquel jovenzuelo punki del puebro el cabezo que decia "QUE PASSA MANOLITO"con voz grave y ahuecandola y arrastrándola, sobre todo cuando se apretaba de cigarroh de la risa... QUEDO CALMO, SERENO Y LLENO DE PAZ que parecía que al rededóh de la su cabeza le brillaba una coronilla como la de loh hombreh jut-toh y sabio que día dia siven al señó
principiamoh y voy a contaiboh ac-cape lo que moh aconteció et-tando en el p puebro el cabezo el domingo pac-cua. que moh habiamoh levantao y andabamoh aviando un cacho cabrito pa la comida del dia pac-cua cuando de repente veo pol la ventana de la aguela que venian tréh encolbataoh con un maletin de la mano que pol la pinta eran de loh te-tigoh de jeová, que andan mucho pallí pal otro rio, ya andaba llo un poco retolcio que mabia acot-tao la noche anteh a lah cuatro la mañana y venga de echáh medio con el del soto, que no andaba llo con ganah de andal-le con contempracioneh. Asi que casi sin dal-le tiempo a tocalme la puelta, casi enviado pol la providencia apareció el santo hombre varón y diácono, el padre Eliseo, que venia la calle arriba, venia el diacono eliseo, con gana de pelea, et-taba rodeado por un aura, venia henchido y era como un pozo de sabiduria biblica dip-puet-to a preesentá batalla. Se dirigió el padre eliseo a loh paganoh y se frotó lah manoh que parecia el mitmisimo papa calixto, anteh que loh otroh le soltaran su dic-culso, el padre diacono eliseo arremetió contra el infiel... parecia clin itvut con la manta, el sombreo y el cigarro telciao en el labio, rebatia algumentoh en favol de la fé crit-tiana como si fuera el revolver del pit-tolero. A lagrima viva lloraban loh te-tigoh de jeova que ac-cape abrazaron la teologia del rendo, pedian a gritoh que el padre leh abautizara en el pilá, pero el padre lejos de jactarse, cogiò y loh bendició URBI (que si ubiera querio incruso loh podria habel vendecio ORBE, PERO NO QUISO) luego mah talde humilladoh loh infieleh pol habel adorado a loh falso profetah, se embocaban como juancanoh pol loh tesoh que corrian que se at-jatiñaban y el padre eliseo que lla no era ni sombra de aquel jovenzuelo punki del puebro el cabezo que decia "QUE PASSA MANOLITO"con voz grave y ahuecandola y arrastrándola, sobre todo cuando se apretaba de cigarroh de la risa... QUEDO CALMO, SERENO Y LLENO DE PAZ que parecía que al rededóh de la su cabeza le brillaba una coronilla como la de loh hombreh jut-toh y sabio que día dia siven al señó
