cieltamente queridimos contertulios en el puebro el cabezo no se celebraba hallowei (si voh habeih dao cuenta rima con galciguei, puebro salmantino), ni que decir tiene que el ingenio lo suplia con otros iconos tan nuestros como ENSABANAOS, haciendo clara referencia al sudario en el que enterraban a loh mueltoh en ausenciah de cajah trap-poltandoloh a hombroh en unah andah que yo conoci en la sacrit-tia at-ta el ciminterio dond ele daban tierra. loh aparecioh y loh ep-pantoh en el sotro río (aun mas supersticioso que el nuet-tro). Loh mozoh amedrentaban a loh niñoh con et-tah it-toriah molbosah prosimoh al dia loh santoh. Celebradisimo hoy en día por nuestro antropologo juldano, buen amigo y juldanofilo Felix Barroso, celebrando el día de difuntoh al son del tamboril, conjurando el ep-piritu de loh antepasadoh, asando cat-tañah y probando la polienta o vino nuebo del año. La importación de la cot-tumbre de hallowei vino al cabezo de mi muy ilut-tre C. V. G. D. M. A el mi americano, el cual en preno meh de agot-to le enseño a sus contemporaneos a vaciar una calabaza, metel-le una vela dentro y ponel-la en una calleja oc-cura para sut-to general del puebro el cabezo, por aquelloh entonceh bat-tante pobrado. Lo que no entraba en el calculo era que en el puebro el cabezo lah calabazah eran pa hacel lah molcillah pol lo que esa afición trahmitida telminó pronto por hacel saltah lah alarmah,! Acaso Diohh!,! te paece!,! malrrayo lo palta!, el demonio el muchacho que ma coltao to lah calabazah que tenia tirah pa la paré del rio en loh gueltoh... si lo pec-co le jundo lah cot-tillah. Pol prudencia la afición telminó pronto pero la muet-tra de esa aportación del mundo anglosajón a manos del mi americano pelmaneció,, al menoh en la mi memoria. En fin queridismoh tiempo de ciminterioh y ausenciah, de silencioh, hongoh, de druidah y de ocreh mágicoh en la dehesa de julde