ayer estuvo justi en coria con su primo, pero no pudimos vernos, después de felicitarnos le pregunte ¿cuanta gente ha pasado la nochebuena en el cabezo?, unas veintisiete personas. Con esa cantidad de gente, lo más lógico sería que se hubieran reunido todos a cenar en el bar, aunque cada uno hubiera llevado lo suyo, no vienen a ser estos que se han quedado resisitiendo como los últimos de chafarinas los guardianes del pueblo. Que tristeza más grande para quien conoció lo entrañable de las navidades en el pueblo, yo estaba deseando coger las vacaciones para montarnos todos en el citroen de mi padre y encaminarnos todos pa la sierra, me esperaban días de aceitunas, mulos, cortijeras, la tabelna llena gente pol la noche, el ganao cuando salia pol lah mañana, loh bolloh de la aguela con el tocino frito y el café, loh muchacho cantando la nochebuena pol la calle, la nieve, los hielos con su manto blanco, los aires corrutos en las umbrias silvando en las ocales, las lanchas de los tejados, AY PERICO QUE DECIA LA SABÉ ESOS TIEMPOS YA SE HAN PASAO Y NO VAN A VOLVER, quizas lo de pasar las navidades en el cabezo, ya no sea práctico ni entrañable sobre todo por las ausencias y porque los tiempos han cambiado pero quizas algun día nuestra descendencia no solamente lo vea apetecible sino irremplazable y vuelvan a celebrar las pascuas y alcance el pueblo el cabezo la plenitud y se ponga de moda como si fuera vaqueira veret.