Ya en "la altura" nos fuimos a su plaza. Tambien habia cambiado totalmente, antes era un recinto dominado por pequeños nucleos de roca, donde el agua de lluvia, debido a la acentuada pendiente no pudo hacer con esmero su trabajo de erosion. Era la plaza dominada por "tio nichi" y por "tio Rebolao" ( Cuantos balones no nos rajó en la era de la corcha). Desde aqui y señalando a Africa hacia el oeste, muy cerca de aqui, identifique un olivar que cuando niño, venia a coger la aceituna. Por cada cuartilla nos pagaban una miseria pero eso nos garantizaba tener un digno regalo de Reyes. Y pensar que aún creia en ellos.