Decepcionados, salimos de la plaza, dirección "las Cortes" A los pocos pasos dude entre ir ir a la derecha, hacia la iglesia, o continuar calle arriba. Por momentos volvi a tener 13 años. Alli arriba, jugando en "las peñas" volvi a verla. Jugaba con sus amigas. Timidamente me acerque; ellas ni me prestaron atención. ¿ sabes donde esta tu hermano? pregunte tartamudeando y rojo de verguenza. Ni siquiera levanto la cabeza. Su pelo era azabache, recogido graciosamente por dos largas coletas. Sobre su frente le caia un travioso mechon. Ojos oscuros como la noche. Una piel agitanada curtida por las muchas horas al sol. Al reirse mostraba unos piños irregulares, simbolo de travesuras. No vestia como las demás niñas, usaba calzones de chico y casi siempre camisetas. Jugaba a los indios, motaba en bicicleta y hasta sabia darle patadas al balón. Era de la capital, solo venia en verano ¿ quieres jugar ? me pregunto sin mirarme. Por un lado me daba de lado pero por otro, me animaba a quedarme. Que dificiles eran estas situaciones a esta edad. Desde aquel dia, todas las tardes fue un asiduo visitante de "las peñas". Años más tarde al leer " edad Prohibida" de te. Lucas de Tena me di cuenta que todo estaba inventado y que todos hemos pasado por lo mismo.