Y tan honrraos que eran, con tan solo mirandose a los ojos y se daban la mano, no les hacía falta ni lápiz ni ningún papel, pero claro, yo creo que, (el que no es honrrao de su padre habrá copiao), por que la honrradez también se hereda. Que digo yo, que estos sinvergüenzas, son peor que aquel niño que había nacido con la mano cerrada y cuando se la consiguieron abrir, tenía el anillo de la partera.