No agradeció el que no lo mereció.
Los hombres son como los vinos:
la edad agria los malos y
mejora los buenos.
la edad agria los malos y
mejora los buenos.
La madurez del hombre es haber
recobrado la serenidad con la
que jugábamos cuando eramos niños.
recobrado la serenidad con la
que jugábamos cuando eramos niños.