A la gloria de los más famosos se adscribe siempre algo de la miopía de los admiradores.
El mundo prefiere, sabiamente,
la felicidad a la sabiduría.
la felicidad a la sabiduría.
Los hombres no tienen más que dos frenos: La vergüenza y la fuerza.
Hacer mal por voluntad es peor que hacerlo por fuerza.
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