Para borrar nuestras faltas
a los ojos de los hombres son
precisos torrentes de sangre;
pero ante Dios una sola lagrima
basta.
Chateaubriand
a los ojos de los hombres son
precisos torrentes de sangre;
pero ante Dios una sola lagrima
basta.
Chateaubriand
En un espíritu corrompido
no cabe el honor.
Tácito
no cabe el honor.
Tácito